sensibilidad suspendida

(razón: allá)



a vuela pluma






El éxito de todos los fracasos: la enloquecida fuerza del desaliento.
(Para que yo me llame Ángel González)







Qué le vamos a hacer, si las cosas no son como esperabas,
si tus brazos pronto vuelven a ser blancos,
si en el sur se comportan según el viento,
Y aquí,
trato de encontrar un pájaro entre los edificios,
¿rascacielos?
Hombres-cumbre,
Y sin embargo, sólo encuentro alas postradas
en el asfalto.

Estoy de rodillas, ¿lo has notado?
De pequeña sólo sabía rezar en el baño,
donde también lloraba,
gemía a ratos,
donde se encontraban las pestañas
en el espejo,
y los labios rotos,
de morderlos.

Ahora me miro más las manos y contemplo
paisajes inusitados, landscapes de infinita trayectoria
y skylines y skyscrapers aferrados, atormentados,
y entonces yo, con mi memoria atolondrada,
recuerdo el instante mágico en el que,
arrodillada, abrazo a un pájaro minúsculo
con mis manos,
lo salvo,
quisiera tener para él un nido,
cuando aflora en el suelo,
cuando tengo que poner mi mano izquierda
sobre la derecha, porque el pájaro ha saltado,
de nuevo, de mi mano al suelo,
pero luego se calma,
lo coloco bajo un árbol y me voy pensando
que descansa

Eran muy suaves sus alas.

7 comentarios:

Lo. dijo...

El lunes nevó!!! Si si, nevó en Buenos Aires!
Voy a mandarte fotos!
De todas formas, el fenómeno climático no ayuda a pasarla mejor. El frío es inhumano, deberían declarar asueto esta semana.
Como te fue en tu viaje?
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He leído algunos poemas de este hombre, hermosos. Gracias por hacérmelo conocer.

Besos U!

PerSe dijo...

Hola!!! acepto tu ofrecimiento!!! quiero una imagen, es mas si puede ser que, segun tu punto de vista, me identifique :)

Anónimo dijo...

No voy a comentar nada de lo leído porque me temo que, como mucho, sólo he dado un vistazo incompleto. Ahora estoy en mi querido pueblo y no tengo internet a mano, así que me quedo con las ganas: no puedo escribir, no puedo comentar, no puedo leer... Es duro conectarse aquí, lo he conseguido gracias a un tenedor, unas gomas de cajas de zapatos y el imprescindible chicle de fresa, pero no sé cuándo volverán a repetirse las condiciones. Me queda un verano de clausura (jo, qué críptico soy), delante del ordenador, tirando líneas a razón de 17 horas diarias (aprox.). Procuraré pasarme más a menudo, no me gusta desengancharme así, tan forzosamente.
Un beso.

Maluz dijo...

Qué despiste, te dejé mi comentario en la entrada de la conversación con eloy. Tengo que acostumbrarme al blog, je.

Ah!, soy /puedovolar.

Unos besos.

Anónimo dijo...

Las manos deben serlo ¿tan suaves como las alas?

Ana María Vilchez dijo...

Rebe, querida, ya no tengo sus alas.
Dime que hago ahora para volar?

Un abrazo


Agua.

MAYA dijo...

Perdí sus alas y las mías, ¿Que hacer? Voy en la búsqueda de un árbol que me de sombra y leyendo espero hasta que vuelva a aparecer. Puede demorarse una eternidad...yo espero.

Maya