Tal vez no sea casual que tu nombre contenga una u, y que desde tu sillita de pensar y yo en mi camino por tu pasillo me preguntes a qué se debe que me haga llamar así, con esta vocal. Más todavía, una vez te relato de viva voz por qué me siento una u minúscula (qué estatutos regulan el prodigio, como diría Ángel González), me propones que lo ponga por escrito, que lo deje ver precisamente donde dejo que mi u se escriba y (ahora voy a ser una u muy petulante, tan tan presuntuosa), como diría Derrida, se revierta en estilo. Para una persona como yo, que vive un paroxismo y le da placer complacer, este empujoncito ya me animó, pero me gustó tener otro más. No tengo claro de qué modo lo hiciste (eres una persona bastante sutil) pero te propusiste como destinatario de mi relato sobre mi condición minÚscula.
He oído que el género epistolar da buenos frutos. Creo que algunos tienen incluso destinatarios imaginarios. Voy a probar, tal vez, un día de éstos, porque nunca he escrito con conciencia hacia un ente desconocido; no sé. Tampoco tengo claro cómo escribo, o a quién. No pienso en eso. Cuando en tribecca digo que no tengo nada más que agua entre los dedos no estoy mintiendo. Tribecca también se escribe y se revierte en estilo. Ahí he contado lo que he vivido, lo que vivo, las cosas que hago y con quién me encuentro. Más que otra cosa ahí he hablado de la vida diaria en galopante movimiento, y de mi evolución como individuo etico estético. Me parece que fue Javier Santero quién me dijo que yo había llegado al periódico en carne viva, y que no se puede ir tan desnudo por la vida. Tengo que hablarte un día de lo fabuloso que es Javier Santero. Otro día le hablaré a él de lo bueno que es coincidir en un pasillo con Julio Rey y cruzar unas frases. Me gusta mucho hablar de las personas que me agradan con alguien que me agrada también.
Quizá le pida que lea esta asunción de mi condición, por ti propiciada. Él también conoce mi nombre, a fin de cuentas. Sucede que quien me llama Rebeca no suele llamarme Rebe y a veces sí me dice u, sencillamente. Me gusta. Pero me parece impepinable contar que en realidad la u somos dos personas. Nunca nadie me ha entendido tan bien en toda mi vida como mi amiga María. Creo que también yo para ella soy un pilar fundamental. Cómo es la vida. Ella ahora vive en Idaho y vendrá en mayo, porque se casa nuestro amigo Pablo. Ella quiere llevar un vestido años 20. Yo le he dicho que necesito una maleta redonda, como si portase sombreros de altos vuelos, o vinilos de un anacrónico milenio. Si fuera posible, diría que quiero un gramófono. Oh, tengo que contarte algo. A veces tengo un deseo que podría satisfacer por mí misma, pero me gusta esperar a que llegue de alguna forma, en algún momento, y sorprenderme y disfrutar de la persona que me lo envuelve y pone en las manos.
Quise un atril, y fíjate, me llegaron dos. Uno se lo regalé a mi amigo Julio Martín Alarcón, que trabaja en La aventura de la historia, un día de te lo presento. Luego quise una pandereta, y me la regaló mi amiga Anna esta navidad. Llegados a este punto,como imaginarás, necesito una cometa. Ya vendrá, ya, y luego el gramófono. Me gusta desear cosas simpáticas, anacrónicas, eufónicas, poco prácticas… Puede que sea así la u, porque algo de Rebe tendrá, digo yo, y Rebe es fundamentalmente simpática, me parece, y desde luego poco práctica. La eufonía tal vez tenga algo de tribecca, tan medida, tan parlabarato en el fondo, y desde luego la anacronía es el bajo fondo de esta u. También porque a veces vivo en un hueco, y las paredes resbalan. Tú mismo me dijiste que sólo en las películas de vaqueros las mujeres dicen que se ruborizan. Yo digo esto todas las semanas un par de veces. Tu te ríes y me dices que soy decimonónica, cosa que me encanta, pero yo he de aceptar, hemos, que muchos crean que realmente vengo de una mala película del pasado. Acepto esto con naturalidad porque, llegados a este punto, me da igual y además es verdad que la película que arrastro me parece todo un canto.
Cuando a María y a mí nos nació la u entre las manos creo que, fundamentalmente, llorábamos. Creo que nunca he llorado tanto, tan a menudo, como en aquellos tiempos. Habíamos terminado ambas la universidad, estudiamos juntas periodismo en la Universidad del País Vasco. Nos habíamos ido juntas a Inglaterra, con nuestros amigos Nerea, Andrew y Cristina. No teníamos un duro, la vida fue re complicada en esos meses, pero aprendimos tanto. Cuidamos personas mayores en una residencia de ancianos, nos hermanamos todavía más, nos latía una extraña intensidad, y pocos meses ingleses, en profundidad emocional, fueron muchos años. Luego volvimos a Bilbao, creo que teníamos 23 o 24 años, al fin y al cabo no hace tanto, y sin embargo.
Nos pasábamos el día en un banco de lo que en Getxo llaman El Verde, un espléndido paseo lleno de árboles que en realidad se llama Zugazarte. También nos sentábamos en un murito de piedra frente al muelle, con los pies colgando ante la inmensidad, y el horizonte. Compartíamos libros, nos contábamos los dolores. Sufríamos mucho las dos en aquellos tiempos. Escribíamos cosas en un cuaderno, nos hacíamos regalos y fantaseábamos con salir un día a remar en un bote. Tomábamos té de canela y paseábamos. A veces nos animábamos tanto, sentíamos tan dentro que vivíamos una especie de estado virtual presente aunque imaginario que decidimos llamar paroxismo que mandábamos mensajes de puro amor, sencillo y delicado, a todos nuestros amigos. En uno de esos ratos nos preguntamos por la mejor vocal, ¿cuál sería, para nosotras? En pocos segundos nos brotó la u minúscula, y comenzamos a argumentarlo.
Resulta que es una vocal honda, con mucho fondo, con bajo fondo, con fuertes paredes y, si escalas, a veces, un precipicio, pequeño abismo. Con el tiempo nos llegaron nuevas metáforas, me parece, y aunque no hemos hablado de todas sé que la complicidad sigue siendo excelsa entre nosotras, en nuestra condición minúscula y vocálica y entre otras. La u es también mi condiciónmUjer, mi vagina, mi u minúscula, el pálpito y la pUnzada, el vacío y la necesidad, la herida cíclica, la inanidad, la planta que brota y el encogimiento en soledad. La cierto es que no recuerdo de qué manera, porque he perdido la cuenta de las personas y los poemas, pero un día leí ese poema de Rimbaud a las vocales y me sentí reconfortada. Rimbaud entendería mi condición. RimbaUd entendería mi condición. Después descubrí que BaUdelaire también, que sobre todo comprendería mi otra vertiente, en realidad tan ligada, el hecho de sentirme mUjernUbe.
Por cierto, este lunes sale mi página de nubes (déjame que me vuelva loca, que te diga que me encanta esta frase: este lunes sale mi página de nubes). Espero que nos traigan muchos suplementos. Te dejaré uno en tu mesa, como un día dejé un alfajor, ¿te acuerdas? Directamente llegado desde Buenos Aires. Hay que tener amigos hasta en el infierno, ya sabes. Aunque sin duda ninguna yo paso más tiempo mirando al cielo. Lo único que a veces me preocupa es que algunos crean que realmente estoy loca, que vivo mirando hacia el lugar equivocado, y ya sé que nadie pensará que soy una loca peligrosa (se me ve a la puta legua que soy buena persona, y esto sí que es un peligro para mí), pero qué sé yo, en realidad funciono guay, lo que me sucede (esto también va a sonar petulante) es que soy una especie de prisma, y tengo demasiadas caras, y algunas me gusta enseñarlas a muy pocas personas. Aunque luego me vuelvo loca. ¿A ti te parece normal que pase por el pasillo de Ciencia y siempre le diga cosas bonitas a mi amigo Ángel? Característica fundamental de la u minúscula es que disfruta cuidando.
Pensarán que estoy loca todos los de al lado, o peor aún, que lo amo. Pero no sé, sencillamente quiero a Ángel y me gusta cuidarle. Esta semana le he llevado mandarinas. Gustavo, que se sienta enfrente, quiso que le llevara una a él, y también lo hice. Ves, me gustaría mucho pasarme la vida sencillamente complaciendo a los que me caen bien… Esto es un desastre, je, vaya, me estoy riendo. Habrá que aceptarse. A Ángel también le voy a llevar un suplemento con mi reportaje de nubes, como a ti, como a Javier Santero. Me pone tan contenta este asunto que estoy pensando en colgarlo en alguna pared, ¿qué te parece? No sé si esto es absurdo, pero me apetece. ¿Has visto que San Luis es territorio de nubes? El otro día un taxista me dijo que los bomberos están en el punto más alto de Madrid, y nosotros estamos al lado. Es fantástico. Cuando entro y salgo me trago cúmulos, estratos, atardeceres y una preciosa luz más a menos a las seis menos cuarto. Si quieres, una de estas tardes, cuando vea un lienzo apasionante, te aviso y lo vemos juntos, ¿vale?
VOCALES
A negro, E blanco, I rojo, U verde, O azul: vocales,diré algún día vuestros nacimientos latentes:A, negro corsé velludo de las moscas brillantesque zumban alrededor de hedores crueles,
golfos de sombra ; E, candor de los vapores y de las tiendas,lanzas de los glaciares orgullosos, reyes blancos, escalofríos de umbelas;I, púrpura, sangre escupida, risa de labios bellosen la cólera o en las borracheras penitentes;
U, ciclos, vibraciones divinas de los mares verdosos,paz de las dehesas sembradas de animales, paz de las arrugasque la alquimia imprime en las grandes frentes estudiosas;
O, supremo clarín lleno de estridencias extrañas,silencios atravesados por mundos y por ángeles:-O el Omega, ¡rayo violeta de sus ojos!
Le chant des voyelles
A noir, E blanc, I rouge, U vert, O bleu : voyelles,Je dirai quelque jour vos naissances latentes :A, noir corset velu des mouches éclatantesQui bombinent autour des puanteurs cruelles,
Golfes d'ombre ; E, candeurs des vapeurs et des tentes,Lances des glaciers fiers, rois blancs, frissons d'ombelles ;I, pourpres, sang craché, rire des lèvres bellesDans la colère ou les ivresses pénitentes ;
U, cycles, vibrement divins des mers virides,Paix des pâtis semés d'animaux, paix des ridesQue l'alchimie imprime aux grands fronts studieux ;
O, suprême Clairon plein des strideurs étranges,Silences traversés des Mondes et des Anges :- O l'Oméga, rayon violet de Ses Yeux !
2 comentarios:
¡Cuantos colores en tU paleta!. Querida U, gracias. Julio
Rebe, http://papeltapioca.blogspot.com/
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