claroscuro

Ayer por la mañana un ingeniero de minas al que hacía una entrevista se entretenía de mi cuchara-collar a mis tetas. Si trataba de desviar su atención para ausentar mi pudor me miraba a los ojos, porque yo alzaba la cara del cuaderno para no acelerar la respiración. Si al menos me excitara, sin embargo nada,y eso que tenía el culo apoyado en una piedra fría,y ni con ésas el ingeniero me gustaba. Además, se supone que yo estaba entrevistando, aunque aquello se pareciera más a un soliloquio mineralógico exagerado. Me dijo que el bateo es una técnica prerománica. No debió de hacerle gracia que mi única, y además cinematográfica, imagen del asunto, fuera el Far West.

Después vino Bernardo, hizo unas cuantas fotos,nos fumamos un cigarro al sol, en un escalón de laEscuela Superior de Minas, andamos un poco, cogimos el metro en la línea 6, nos contamos como siempre un par de secretos. Ambos pensamos que la nuestr aes una profesión por parejas, y en equipo. Me dijo que el vivía en la calle y había hecho sus sondeos.

Yo desde que nos despedimos ayer por la mañana, me traslado del baño al sofá, o a la cama. Me asomo a la televisión y me hace daño. Veo lo que ya he visto muchas veces y me aburre en exceso. Me siento fuera del asombroso escenario, me siento mal por estar lejos,no lo entiendo, y puedo bromear con ello, y aun con eso, aspiro a sembrar armonía allá donde me encuentro, pero que sólo me interesa el sexo y la poesía es inquietante en tanto que cierto.

Me veo a oscuras y recuerdo que me dijo: Te gustó estar ayer por la mañana al sol, verdad? Y era cierto. Yo sólo me siento cómoda en el claroscuro, en la yuxtaposición de elementos. Me da placer complacer y a veces me bromean con mi propio sello. En otros planos podría jugar al rol opuesto, contradictorio, complemento contradictorio,o algo de eso. Lo dije hace tiempo, lo dijo Barnes antes que eso. El corazón no tiene forma de corazón,ni interruptor.