(¿qué decir, qué hacer?)
hay todavía una mujer....
Bajo el agua, en el agua,
abre, enciende los ojos,
mírala bien....
En el aire hay siempre oculta
como una hoja en un árbol
una mujer.
(Jaime Sabines)
mi primer poema de jaime sabines me supo a gloria,
en los amorosos se agolpaban tantas verdades paroxistas
y pensé que, del impacto, me tragaría la tierra
ella a mí, quiero decir, no yo a ella
(aunque a veces he sentido el deseo, extraño e inane,
de rellenarme la boca con agua de toboganes y tierra
de parques)
mi primer poema de jaime sabines me llegó de las
manos de mi maestro mexicano, Epifanio Sánchez,
un hombre que jamás me ha tocado y me sabe
de memoria (olvido e identidad no son palabras huecas).
Epifanio, como Don Juan a Castaneda, me ha hecho
llorar, me ha hecho gritar, me ha hecho entender
mi galopante realidad de ser quién soy en verdad.
mi primer poema de jaime sabines me susurró que
no era yo la única mujer que duerme con la mano
en el sexo, entendí que mi vulva no era un estado
oscilante, ni siquiera eterno. por eso, escribo
poemas vulvocéntricos.
(antes un redactor,
compañero de antaño que vuelve a mi redil, a mi lado
pero cómo jefe, me dijo: he oído que rebeca yanke
escribe poemas lascivos).
mi primer poema de jaime sabines llegó hace
más de dos años. Hoy, la poeta Ophir Alviárez,
que vive en Texas, me ha mostrado el último,
y he sentido la necesidad de compartirlo, y
de dar las gracias.
1 comentario:
Si nuestro magisterio (al menos una parte mínima) tuviera la sensibilidad, cultura y verdadera vocación didáctico, de ese Maestro Sánchez (Maestro, con mayúscula), el potencial creativo de los aspirantes a escritores estaría en su apogeo.
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