en esta primavera el otoño ya casi es escarcha,
los aviones no planean, los aeropuertos se alejan,
los astronautas campan a sus anchas por el
ensordecedor asfalto de una calle en la que
pintan, de madrugada, los pasos de cebra
los aviones no planean, los aeropuertos se alejan,
los astronautas campan a sus anchas por el
ensordecedor asfalto de una calle en la que
pintan, de madrugada, los pasos de cebra
(y una nunca sabe cuál es la palabra perfecta)
3 comentarios:
Uno nunca sabe cuál es la palabra perfecta, pero siempre habrá pugnas para nombrarla, felizmente...Un beso, chao.
la palabra perfecta es como el paso de cebra: intermitente
Rebe, ésto es genial.
Deberíamos estar pensando, definitivamente, en lanzarla como poeta.
Cariños.
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