se fue el rubor más exultante que conozco: el de la verguenza. he respirado. he abierto la boca y me ha salido un loco. el loco. pero cuando se va no me siento cuerda. si acaso un poco menos tensa, pero todavía atada, enseguida se puede dar todo la vuelta, si yo misma me puedo pasar de vueltas, de rosca, como una botella. no es resiliente el vidrio, se rompe en mil pedazos y no hay forma humana de recomponerlo. triste que se descomponga transparente en el espejo, y que no vuelva
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