sensibilidad suspendida

(razón: allá)



Olvidé contaros que nada mas llegar a Bilbao cometí un allanamiento de morada. Llovía. No, jarreaba. No tenía batería y lo último que pude decirle a Lendabair Beaskoetxea es que "no se preocupara, que sabía llegar a su casa". Después de un ligero desvío llegué a su casita frente al mar en Sopelana. La puerta estaba abierta. Pregunté: Hola? Lenda? Una estantería a la derecha me hizo sospechar pero, como era una colección de motos y ahora Lenda es mamá de Luca, continué. Mientras hacía pis levanté los ojos y me topé con una estantería, otra más, llena de esmaltes de uňas. Ahí me di cuenta de que no, no, no, porque Lenda de toda la vida ha dicho que el pintauňas le da frío. Lo que no comprendo es porque luego desconfié de mí misma y me quedé un rato fuera esperando.

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