sensibilidad suspendida

(razón: allá)



imus

todo depende de que los obreros me den tregua o no. si me la dan duermo del tirón hasta la hora del ángelus por lo menos. pero si me despiertan antes de las diez, con sólo cuatro horas de sueño, después me tuerzo. o me retuerzo. tomo café y trato de dormir pero si lo consigo es un sueño extraño. entrecortado. he estado haciéndolo todo entrecortado. pero últimamente me he impuesto un incierto orden. exploro variedades de verdura aproximadamente a las cuatro de la tarde. me ducho un poco antes y algunas veces me quedo de nuevo dormida, con la toalla en la cabeza, mientras estoy leyendo.

también exploro medios de transporte. dos paradas de metro y un autobús o dos líneas de metro y en cualquiera de los casos buenos ratos andando. hago la compra a las siete de la tarde y después relato a alguien:


tres euros por un calabacin, una lombarda pequeña, un pimiento medio rojo medio verde, dos melocotones y una cebolla, no es maravilloso? es hermoso el sonido de la compra para uno


a veces engaño a mi frutera latinoamericana del nuevo barrio en una frutería que está cerca del periódico. no es que me siente (o me sienta) mal, pero es algo que sé que hago.

3 comentarios:

Danilac dijo...

Yo exploro mi nariz mientras hago la compra en el alcampo, cuando engaño al ahorramás. Si alguien me mira mál, le grito: ¡QUÉ? ¡ESTOY ENFERMO! y me voy murmurando mientras hago bolitas, y decido si me llevo la mozzarella de búfala o el queso de burgos.

Blanca Oraa Moyua dijo...

Comprar tu propia comida, cocinarla y comerla es un placer de dioses.

amor que soy dijo...

soy incapaz de hacer la compra, esto de la soltería es puro desorden