se terminó la danza de invocación al otoño
y también su advenimiento, se nos hizo mayor el verano,
dejo aquí su desconcierto, y hoy he recibido el orvallo,
me detuve en lágrimas ajenas, como siempre hago
hace unos cuantos autunnos quise crepitar sobre la hojarasca,
como hacen los poetas, pero no encontré nunca el lugar exacto,
el espacio vacuo y presto, las hojas en el cielo y a ras de suelo
mis dedos, y sus dedos, formando circulos concéntricos,
concávos y convexos,
como las úes, al fin y al cabo
ahora, por el momento, trataré de buscar estrellas bajo mis pies,
y del cielo que se preocupen mis amigas las nubes, flores de otro tiempo
4 comentarios:
Dejemos que las nubes hagan su trabajo hoy Rebe. Deben estar más tiempo en movimiento. Me ha encantado pasear por el Templo U-terino. Me voy fascinada como siempre.
Un beso desde Perú mi niña traviesa.
Bezaso
Maya
P.D. No asustes a los comentaristas. Pórtate bien!
adoro esa forma de ser tan ecléctica que tenés
;)
hoy, después de tanta palabra, me he quedado con sus ojos, que parecen verdes
Parece que el tiempo nos consume... y tanto, que ya no somos capaces de decirnos cuánto nos queremos.
Te quiero Rebe!!!
Un abrazo desde Chile!!!
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