cuando estábamos juntos, gonzalo, mireya y yo (los hijos de mis padres), solíamos descalzarnos en el salón y, en verano, nos masajeábamos los pies, los unos a los otros, estirando las piernas sobre los brazos de los sofás. a veces nos hacíamos cosquillas. después apliqué la técnica a pies de amigos, hombres, mujeres, que me gustaban... (a todo el mundo no le gusta tocar pies, ni siquiera verlos, a todo el mundo no le gusta tocar los pies ajenos) es bueno que esto sea así. el placer extremo es cosa de minorías, y ha de ser así. (me parece) y si no, que se atrevan. y si no, que quieranquieranquieran.. hace mucho que no me hacen un masaje en los pies, pero como me da placer complacer, siento más ganas de hacerlo, que de que me lo hagan, no sé...
si uno puede correrse desde los hombros (esto es un hecho), será posible correrse desde los pies?
No hay comentarios:
Publicar un comentario