sensibilidad suspendida
(razón: allá)
mi nombre en hebreo, rib-gah, significa lazo, (unión, atadura, unuve en meryone)
Independientemente de sus dimensiones originales, los fragmentos desaparecidos se hallan señalados, en el lugar mismo de su incineración, por un espacio en blanco de 52 signos y acerca de tal extensión de la superficie destruida, un contrato establece que por siempre seguirá siendo indeterminable. Puede tratarse de un nombre propio o de un signo de puntuación, del apóstrofe apenas que sustituye la letra elidida, de una palabra, de una sola letra o de varias, puede tratarse de frases breves o muy largas, numerosas o escasas, a veces en sí mismas inconclusas desde el origen.
Hablo obviamente cada vez de un continuum de palabras o de frases, de signos que fallan al interior, si podemos llamarlo así, de una tarjeta, de una carta o de una tarjeta‐carta. Pues los envíos totalmente incinerados no pudieron ser indicados con ninguna marca. Había inicialmente pensado en conservar cifras y fechas, es decir lugares de firma, pero renuncié a ello. ¿Qué hubiera parecido este libro?
Deseaba ante todo, en efecto, y tal fue una de las destinaciones de mi labor, hacer un libro, en parte por razones que permanecen oscuras y, creo, lo seguirán siendo siempre, en parte por razones que debo callar. ¿Un libro en, lugar de qué? ¿O de quién?
(La tarjeta postal, Jacques Derrida)
nota al pie: la foto es un matutino gil de biedma
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