sensibilidad suspendida
(razón: allá)
unabrazo
a veces desde este cuarto escucho un sonido sostenido, o a alguien batiendo huevos, o los lloros de un niño pero sobre todo, lo que más oigo, es la lavadora de mi casa, la que enciendo a veces a la una de la mañana. la vida es próspera, el armario está lleno de ropa, las estanterías están llenas de libros, ni siquiera me hace falta tener el frigorífico lleno porque cuando llego ya me he alimentado, pero hubo una época en la que a mano me lavaba un sujetador por la noche y me lo ponía húmedo por la mañana. y cuando en la madrugada no hay ni sonido sostenido y desconocido, aunque lo haya, ni ya mujer que bate huevos para su marido, porque están durmiendo, ni lavadora, porque no hubo fuerzas para ponerla. entonces la humedad regresa como una bofetada. de lágrimas también arde la cara.
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9 comentarios:
Qué máquina eres. Estoy todavía con el sujetador mojado (no el mío).
He estado hoy con Alfonso López (Alf Ölson). Me ha dicho que descubrió a Liddell por este tus infinitos corpus.
Abrazos cachicuernos. Las dos últimas líneas las voy a poner en un cuadro y las colaré en el Guggy.
Hasta pronto.
(Ah, cambié el sobreesnobismo rebeka yankee por rebeca yanke porque no sabía que eras rebeca yanke, nada más).
Hasta pronto.
Así besándote tu humedad no es pensamiento,
no alta montaña o carne,
porque nunca al borde del precipicio cuesta más el abrazo.
(v.a)
Entonces ¿qué me recomiendas?
Blanca y Rebeca, qué buena pareja.
Creo que todas hemos pasado por la etapa del sujetador mojado, hasta Midori .*
un abrazo necesito ahora, después de leerte-me.
miro el corpiño que está colgado frente a la estufa. le quedan varios siglos para secarse.
y pese a todo, tu templo aguanta...
me he quedado sin nada que decir. tantas cosas que han pasado que no sé y tan intensas. sólo escucho te.
De nada. Un de nada desnudo, y sin más, no como la otra vez. Porque esta red, es a veces tan fría, que por mucho que los comentarios enciendan, como le digo a mi sobrino, no dan abrazos [las computadoras].
Así que un de nada, 'nada' literario, un de nada humano y con forma de abrazo.
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