ululando

Quisiera encontrar la onomatopeya de un carraspeo, una que me guste, porque las habituales en absoluto me convencen. O como se dice ahora: no me convencen para nada. Ves, soy vieja. En realidad soy vieja. Debe ser porque me siento anacrónica. Porque me siento lejos, ahora. En un espacio pequeño pero reconfortante, a veces hay luz, a veces se extiende la noche. Hoy saqué un pie, a ver qué tal estaba la temperatura del agua en otras costas. Templada. Estaba templada. Seremos más poéticos, mira, estaba tibia. Me acerqué un poco a la propia distancia, bien, seamos descriptivos, Distancia. En cuanto a mí, mientras sobrevuela un libro de Kundera, diría que estoy lenta. Es más, tengo incluso un ritmo propio. El lema fundamental actual es breve y directo: necesito este espacio de paz. Sonrisa por defecto, allá a lo lejos la bandera del tedio, aquí en medio este cuenco, este cuenco, joder, este cuenco, este cauce que me siento, minúsculo arroyuelo sorteando cables, ¿te das cuenta de lo que significa esto?, en algunos lugares mueren aves rodeadas de objetos inanes y mortales. A saber qué diría Girondo de eso. Llamarse Girondo es toda una historia, digo yo. Digo yo, digo yo, digo yo. Es mentira que la u sea el prolegómeno de la O.