Recuerdo la última vez que la vi, en el metro de Santa Lucía, antes que se fuera a reunir con Nicolás, a quien yo no conocía en ese entonces y ahora nos contamos la vida cada vez que se puede. Ella y yo nos abrazamos, y cayeron dos o tres, quizás cuatro o más lágrimas, y estaba Fran ahí mismo, en Santiago, pasadas las 19,00h. de una tarde de septiembre.Y ese día, esa tarde fue la mejor, la mejor de muchas otras. Rebeca, ojitos verdes, paño morado y suéter negro, sí, negro como se había puesto el cielo cuando caminamos hacia el metro, y nos hicimos la foto con Fran, la única foto de los tres juntos y donde aparecemos con unas caras tan fatales, que nunca me he atrevido a colgarla acá. Ella misma, Rebeca, la del capuccino con una de azúcar y el Marboro Light Gold, que hasta ahora, cada vez que tengo dinero (una o dos veces por semestre, seamos sinceros) compro para mi y guardo las cajas, y todas dicen "Rebe".Será una locura que escriba esto, pero ella tiene que saberlo, y saber que tengo una foto impresa con un marco de cartones de colores que había prometido enviarle y nunca pude. Hay un paño morado con hilos de plata que está junto a esa foto, de "tribs", como dice Anna, a la que Rebe llevó el collar turquesa de cuando estuvo en Chile, y llegó hasta Madrid, pasó por Bilbao, donde estuvo con Anna y con Mai, ¡qué bonitas fotos hicieron! y cuando las veía pensaba que faltaba alguien ahí, pero, claro, hay cosas que deben hacerse esperar para que sean mejores.Ella es tan linda, es tan paciente...
Y estamos unidas, no sólo porque ella cumple años un 19 de julio y mi madre un 6 del mismo mes, lo que las hace de cáncer; también es su padre quien hace visitas para que se las transmita a ella, y donde esté es un buen padre que seguro aparece en una de estas tardes en forma de nube. También es la que entrelaza vivencias y recuerdos dentro de la última de las vocales en minúscula, y juega con los verdes, que sí que le gustan; con los regalos y los viajes; con nombres de aquí y allá.Es quien habla de las nubes y de Ángel González, que nos deja historias de Agostina, de Liz, de Marta, Jorge, un jefe, un estrevistado, los libros, sus tías de Bilbao, las cartas que escribía remitiendo que era Rebeca Yanke, sí, Rebeca, que era del País Vasco, de Getxo y del MUNDO..."Rebeca del Mundo" ni siquiera puede imaginar lo orgullosos que están algunos de ella, esos algunos que no se ven, que no se tocan, pero que se sienten, acá y allá; en México, en Argentina, en Chile, acá mismo, mi abuelo León, mamá, los niños, todos, que hoy quisieron decirle a ella, a "Tribs" que tenga unos felices veintitodititos, como decía Kakún el 29 de noviembre pasado, que cumplía la mismísima edad y que también comparte amistad con Rebe.Y hoy es un día especial, porque hace veintinueve años llegó al mundo ella, la niña del mundo, de las nubes, de los ojitos más verdes que he visto en la vida, la del abrazo más apretado y más del alma que me han dado, la que da todo y nunca pide algo a cambio, porque todo lo que hace es desde el corazón.Zorionak Rebe!Te quiero muchísimo (L)
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