sensibilidad suspendida

(razón: allá)



diario vespertino

he comido emperador y espárragos
he leído poemas de vega con alberto,
bajo el sol, en un banco,
hasta que tuvimos que cerrar
los dos los ojos

mis pies fueron su almohada,
su cabeza mi atril,
cómo en verano,
tratamos de entender dónde
-en quién- reside el amor

necesito una máquina del tiempo,
por eso leo en cualquier banco
siempre que haya cerca un árbol,
un buen libro
un ángel
un hombre amable
o un poco de sol








por lo demás, cielos azules carentes de nubes, sobres de tés exultantes y alguna que otra canción.

1 comentario:

Manuel Marcos dijo...

soy manuel marcos U vita, me ha emocioado este poema tuyo, es muy hermoso, verdaderamente que sí.