sensibilidad suspendida

(razón: allá)



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a las cuatro cero diez,
con una lavadora pendiente
de tender, esta u tendente
de pender, disiente, pero
recuerda a la poeta de
alas rojas y dice y siente
y termina por importarle
muy poco la diferencia.
lo dejaría ahí, en ese punto
de la epítome, pero no
estoy aquí, estoy en el taxi
a ocho euros diez, desde
callao hasta el barrio de
salamanca. estoy detrás,
en una cena con periodistas,
una pasta con marisco,
entremeses de mejillones
y langostinos.
estoy mucho más lejos,
en unos besos, abrazos,
en palabras inmensas en
las que descubrí que había
olvidado el rubor, lo perdí
ese día que me subió rápido
a la cara y comprendí que,
para bajar, tenía que volver
a sentirlo, pero al revés.
no estoy ahí, últimamente no
me ruborizo pero lo hice ahí,
en un homenaje a claudio
rodríguez, en el recuerdo de
aleixandre, en las manos
preciosas de jaime, en que
en diciembre iremos a
collioure. machado, iremos
a collioure. alzaré la voz para
nombrar a perec, me apetece.
quisiera sopesar la letra E,
descubrir cómo desaparecer

2 comentarios:

Blanca Oraa Moyua dijo...

Insisto en que escribes como los ángeles.
Ya le di tu recado a Zampa.
¿que planes tienes mientras tu tía está en Bali con Beatriz?

camaradeniebla dijo...

muak