sensibilidad suspendida

(razón: allá)



en la línea de flotación

soportando cantidades-in-gentes de agua y de calor,
en línea: al fin y al cabo. recto el diápasón

2 comentarios:

Dr. Flasche dijo...

Yo quiero hundirme. Quiero aferrarme a mi dolor digno, al dolor que me hace hombre. Al dolor que me devuelve la humildad, la serenidad.

Quiero hundirme, para luego volver a sacar la cabeza. No quiero ni fingir que estoy bien siempre, ni creerme todas mis propias lamentaciones.

Sólo quiero un poquito de normalidad. Esto es levantarme, caerme, hundirme, ahogarme, respirar, mezclar verbos...

Sólo eso. Ahorita nada más. ¿para qué más? No quiero ser partícipe de más películas de superhombres.

Quiero decir en voz alta que soy un don nadie, que sufre como los demás, que mii sufrimiento no me hace especial, como tampoco mi felicidad, ni mis éxitos, no mis fracasos. Nada de eso. Un absoluto, comleto don nadie.


Por eso tú que estás en la línea de flotación, ¿me sumerges la cabeza en el agua? ¡Qué precioso bautismo!

Nazco hombre. Esto es pobre y en pecado, pero sin culpa. Esa es nuestra verdadera naturaleza.

Jose Zúñiga dijo...

Total: el recto no es recto.