sensibilidad suspendida

(razón: allá)



fall


ayer presté mi ejemplar de tokio blues a un caballero,
a cambio recibí un helado de fresa y una caricia en el pelo cuando
(inexplicablemente) una minúscula hoja cayó de un árbol
y decidió posarse en mi flequillo
(espero que se trate de la profecía del otoño)

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Me convenciste, voy a comprarme ese libro. :)

Y encima es de Tusquets....aaaahh tengo un idilio con esa editorial...es tan linda, tan perfecta.....tusquets aaahh (suspiro)

Besos
(por que lugar del mundo andás?)

Anónimo dijo...

Uffffff. Me encanta cómo en tan pocas palabras dices tantas cosas, estos "prosemas" tuyos que dicen tanto...
Un beso.

Carmen dijo...

tengo que aprender a aislar acontecimientos para poder disfrutar de ellos así, por sí solos

...lo bien que me siento cuando un caballero me acaricia el pelo

...pero no puedo aislar ese recuerdo y disfrutar, lo asocio al después, a cómo ese caballero actúa o cómo actúo yo, o los dos, o las circunstancias, el caso es que se jode el recuerdo


...y ya tengo ganas de que llegue el otoño, vaya que sí

MAYA dijo...

Ese es un libro, que por ninguna profecía prestaría. Es que me deben tantos...pero ése, no sale de mi casa.

Un beso,

Maya

JML dijo...

Cuidado con los libros prestados. Mi experiencia me dice que no suelen volver a las manos de su dueño. Otra cosa son las caricias en el pelo y el otoño, que siempre vuelven (y a menudo sin hacer caso a la profecía)

Besos.