sensibilidad suspendida

(razón: allá)



para mi hermana



marta me regaló en agosto un corazón,
lo posó sobre la que iba a ser mi cama,
en su casa, en salamanca.
me dijo que tenía uno igual
de hecho, lo llevaba puesto,
como hago yo,
en mi solapa, cerquita de
mi utópico bivalvo,
por si acaso,
por si acaso se me cae algo.
marta me dice ahora que perdió
su corazón, que no lo encuentra,
o que un dolor lo atravesó.
me gustaría encontrarlo y
regalárselo, ahora, yo

3 comentarios:

María •• dijo...

Que hermoso sentimiento el de la hermandad.

Un amor que no se permite vacilar ni un segundo cuando se habla de verdadera entrega.
Y no se sabe porqué ni cómo. Pero siempre estuvo ahi.

Abrazo Rebeca! con mares de lunas cercanas.

uminuscula dijo...

sí, es justo así...
en verano, me hicieron daño, y ella quiso remover roma con santiago. decía: es que cuando me tocan lo mío me vuelvo una bestia..

lo suyo era yo. y es tan bella la sensación..

yo también me vuelvo animal si se trata de su bienestar...

Anónimo dijo...

U minúscula: tú y tu hermana deberíais trabajar a fondo esto de la creación literaria, porque se os da bien de verdad.
Te leo algunas veces pero no te dejo comentarios. Hoy no puedo resistirme. Lo que he leido, esas frases que son como breves ráfagas de inmensa ternura, pequeñas píldoras de humanidad para subsistir entre la mediocridad tan abundante que os rodea, han logrado conmoverme. Cuando lo que se escribe tiene la capacidad de no dejar indiferente al que lee, algo mágico ha sucedido. Hoy te has ganado tu pan literario. Adelante, pequeña u.

Un profesor del sur.