no llovía, no había llovido, el agua debía caer de una terraza y, si no fue así, eran lágrimas, pero alguien decidió convertir el llanto en una autenticidad tomada en cuenta, valorada, atendida, y colocó una hoja sobre el suelo. seis horas después fui a buscarla. por supuesto no estaba.
1 comentario:
Es el principio de la húmeda incandescencia...
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