Exacto.
Efímero, cambiante, dinámico,
no estancado, no estructurado, pero sí posicionado.
En eterna postura de amor.
La bolita en la que te conviertes por la noche cuando estás solo y tienes miedo.
En el grito mañanero, el café que no tomaste y la ducha que fue fría,
el barrendero, la pausa y el descontrol. Todo. Así a mogollón.
En una peli de Peter Weir, El año que vivimos peligrosamente, el prota, Mel Gibson,
aprende de un amigo la gran pregunta de la vida en Indonesia, bajo un golpe de Estado.
El tipo, cuyo nombre no recuerdo y que estaba interpretado por una mujer, le dice que hay quien se pregunta cosas como ¿Qué puedo hacer?
Pues yo igual. Paroxista preguntándose lo que puede hacer.
Teórica de nada pero sí, yo voy a vivir peligrosamente, y voy a mirar en los armarios, y voy a cuidar el jardín, y voy a observar de lejos y de cerca y voy a preguntar y voy a ser y voy a ver qué puedo hacer. ¿Ok?
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