sensibilidad suspendida

(razón: allá)



ilUsión











Se me agolpan las lágrimas,
te juro, yo no les di cancha,
las evito, las mando al mar,
las intuyo y digo basta.
Mi borde palpebral no descansa,
mi abismo sentimental
es el producto de una falla
tectónica, de un movimiento de placas.
La Tierra no debería llamarse así,
debería llamarse Agua, porque
es lo que más tiene,
y lo que más le falta.

Ahora mismo, mientras escribo,
si me detengo entre el jadeo y la saliva,
el silencio se para, suenan unos platos
en una cocina, una mano experimentada
batiendo huevos, el lejano rumor de un
tráfico intenso, una canción, una emisora
conocida, el cristal de un vaso al rozar
la encimera, y zas,
ya están aquí, ya las siento,
que vienen, van llegando,
¿qué pasa?
¿es qué quieren decirme algo?
¿será por todo esto que cuentan que estoy fría,
seria, poco risueña,
malhumorada?

Yo soy una persona alegre.
Amorosa, un poco
ensangrentada pero abierta,
contenta de estar entre la gente.
Sin embargo, perdóname este alegato

oscuro y envuelto en llanto.
Cuando llegué a casa
tras viajar, en el felpudo me esperaba
una ilusión envuelta en un lazo,
soga,
digamos.

















1 comentario:

Anónimo dijo...

.



Yo y este misterio
aquí estamos frente a frente.

Walt Whitman



Este tótem veraniego
trae luz a la estancia.


Que no se nos olvide
que somos seres fotosensibles
que necesitamos la luz
aunque nos movamos bien a oscuras.




Beso*