"El Ejército de Paroxistas debería salir a la calle a matar basura pero, claro, somos fieles a nuestros principios".
Cerca o lejos, seguimos siendo los mismos y, en el camino, se unieron muchos más. Seguimos con los (a)brazos abiertos, ¿quieres unirte a nosotros? El mundo es grande o pequeño, según te dé por mirarlo, amigo. Veamos, veamos, veamos. Tenemos la sede yankee, sita en Boise (Idaho). María y David, junto a la familia de éste último, luchan juntos, mano a mano. Tenemos a Pablo en Ceuta, luchando por la libertad de expresión, ja, sí, y creando una isla mejor junto a Nisha, descendiente de indios. Y los que les rodean, como el gentleman Tío Charles. En Gloucester aguarda Cristina, impresionándonos con su bellísimo inglés, como pronto será el de María. Y ella vende las cositas lindas que crea junto a Andrew, su pareja, que nació en Sri Lanka y es medio singalí medio británico. Tenemos a Lenda y a Antonio en el sur de Italia, en Calabria, y pronto tal vez vuelvan a Bilbao, como pronto quizá Cristina venga a Madrid. En Madrid estoy yo, ¿lo sabías? Aunque lleve un tiempo en Argentina. Y allí está la sede de la corte española. Junto a mí, parte de un diario loco y Naza, y Manu, y Sey, Ser, Angie, Romero, Diego, Kate, Juanito. Y seguimos en Bilbao, algunos, ahí están, y Asier en Getaria, y Endika a caballo entre Irlanda y San Francisco, y Vanesita y Kike en Londres de nuevo, tras dejar Barcelona. Y en Barcelona una gran sede paroxista, con Blas, Laurita, Mirki, pronto las fraggelianas gallegas. Y podríamos seguir, porque he visitado la sede argentina, la chilena y la uruguaya. Los Giardini, Ariel, la familia Gallardo, Lalo, Let, Adri, Graciela y los suyos... Y lo estamos haciendo. Puedes creerme u obviarme, pero sé de lo que te hablo. Hablo de un Ejército de Personas Amables en proceso de construcción, como el mundo de arriba.
Cerca o lejos, seguimos siendo los mismos y, en el camino, se unieron muchos más. Seguimos con los (a)brazos abiertos, ¿quieres unirte a nosotros? El mundo es grande o pequeño, según te dé por mirarlo, amigo. Veamos, veamos, veamos. Tenemos la sede yankee, sita en Boise (Idaho). María y David, junto a la familia de éste último, luchan juntos, mano a mano. Tenemos a Pablo en Ceuta, luchando por la libertad de expresión, ja, sí, y creando una isla mejor junto a Nisha, descendiente de indios. Y los que les rodean, como el gentleman Tío Charles. En Gloucester aguarda Cristina, impresionándonos con su bellísimo inglés, como pronto será el de María. Y ella vende las cositas lindas que crea junto a Andrew, su pareja, que nació en Sri Lanka y es medio singalí medio británico. Tenemos a Lenda y a Antonio en el sur de Italia, en Calabria, y pronto tal vez vuelvan a Bilbao, como pronto quizá Cristina venga a Madrid. En Madrid estoy yo, ¿lo sabías? Aunque lleve un tiempo en Argentina. Y allí está la sede de la corte española. Junto a mí, parte de un diario loco y Naza, y Manu, y Sey, Ser, Angie, Romero, Diego, Kate, Juanito. Y seguimos en Bilbao, algunos, ahí están, y Asier en Getaria, y Endika a caballo entre Irlanda y San Francisco, y Vanesita y Kike en Londres de nuevo, tras dejar Barcelona. Y en Barcelona una gran sede paroxista, con Blas, Laurita, Mirki, pronto las fraggelianas gallegas. Y podríamos seguir, porque he visitado la sede argentina, la chilena y la uruguaya. Los Giardini, Ariel, la familia Gallardo, Lalo, Let, Adri, Graciela y los suyos... Y lo estamos haciendo. Puedes creerme u obviarme, pero sé de lo que te hablo. Hablo de un Ejército de Personas Amables en proceso de construcción, como el mundo de arriba.
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