sensibilidad suspendida

(razón: allá)



v U l va II


Viene de:

No se ha identificado una causa exacta del síndrome premenstrual; sin embargo, puede estar relacionado con factores sociales, culturales, biológicos y psicológicos. Este síndrome se puede presentar con una función ovárica aparentemente normal (ciclos ovulatorios regulares). Se estima que el síndrome premenstrual afecta hasta el 75% de las mujeres durante los años en que pueden procrear. Es más frecuente en mujeres entre finales de la década de los 20 y principios de la de los 40, en las que tienen al menos un hijo, las que tienen antecedentes familiares de trastorno depresivo grave, o mujeres con antecedentes de depresión posparto o un trastorno afectivo. Hasta el 50 a 60% de las mujeres que sufren SPM severo tienen un trastorno psiquiátrico subyacente.

Tremendo esto, ¿eh? Je. Cuando llegó la herida cíclica de marzo me alegré. Aquella noche escribí un texto brusco y sincero en algún recóndito lugar, le eché la culpa de todo a ella y eso me puso contenta. La tesis de mis histéricas líneas era ésa: a veces viene bien la regla, viene bien echarle la culpa de todo a ella. De hecho, al menos en mi caso, su llegada es todo un acontecimiento, pues me altera, me pone las cosas difíciles; me desespera. En febrero no te quiero ni contar ya lo jodido que fue aguantar la brecha, en marzo parecido aunque más tranquilo y, ahora, en cambio, todo es mucho más ligero. ¿Puedo contarte algo? Cuando escribo sobre ella, y cuando menciono el síndrome premenstrual, me siento un poco mal. Me cuesta sentirme tan ligada a su movimiento, tan pendiente, tan accesible yo, tan poderosa ella. Me molesta manifestar que tal día me siento así o asao porque tengo la regla y, de alguna extraña manera, siento que no honro a las mujeres afirmando aquello que muchos se encargan de agrandar lanzando la típica frase de: ¡Tendrá la regla!


Quiero decir, si me altero cuando observo que algunas mujeres permiten que un tipo (tal vez su novio) les ponga dinero en el móvil habitualmente, para que puedan siempre contestarle, por ejemplo, y si me altero más cuando me percato de que a muchas eso les mola, les encanta que él les pague el móvil y ese seudocontrol tan poco seductor, ¿cómo no voy a enfadarme conmigo misma cuando, en mi mayor expresión de femineidad mensual me dedico a describir cómo ella se apodera de mí y me convierte, entre otras cosas, en animal? Es darle a la razón a aquellos que entre los labios atesoran esa frase tan amable con la que terminé el párrafo anterior, ¿no? Más o menos, sí. En mi caso, la posibilidad de definir las cosas (hecho este muy necesario para mí, como bien sabes, pues definir y entender me permite avanzar) es complicada, puesto que ya no sé a qué se deben, si es hiperestesia o es la herida o la ciclotimia o esta vorágine extraña y madrileña en la que paso mis días. No tengo ni idea.


Anoche estuve pensando en ello. ¿Se nota? Je. Me siento bien últimamente, esperaba abril con ansia. Como en el poema de Ángel González, era yo una mujer "llena de febrero, ávida de domingos luminosos, caminando hacia marzo paso a paso, hacia el marzo del viento y de los rojos horizontes y la reciente primavera, ya en la frontera del abril lluvioso". Instaurada ya en este mes ansiado y, al mismo tiempo, tan raro, oteo el horizonte con otros ojos y la herida me permite divagar de este otro modo, no tan lastimero, no tan quejica ni acongojado. De alguna manera confirmo que no es tanto el síndrome premenstrual y la propia regla sino el intríncado hábitat mental de cada uno, sus cirscuntancias, personalidad y todo lo demás lo que a veces consigue que te pierdas y no entiendas nada, ni siquiera lo más sencillo. En mi caso, hay otro problema, no tengo ni idea de sustancias, hormonas y esas movidas, así que nunca puedo darle una explicación científica a las cosas que me suceden en la vida. Hecho este que acentúa mi mosqueo cuando escucho la frasecita machista pasada de moda que intenta arreglarme la existencia diciéndome que las cosas que siento son por la regla.

Bueno, no todos son así. Hay algunos hombres a los que les gusta que le hables de la herida, e incluso jugar con ella. Muchos disfrutan cuando les explicas qué sientes, o qué necesitas, y otros muchos sienten un profundo asco. Les da terror escuchar historias "femeninas". Debe ser auténtico miedo eso que sienten. O misoginia, no sé. Estoy peleona, ¿eh? Cuando estuve en Argentina, mi amiga Agostina ponía en el coche un disco de Ricardo Arjona, Adentro se llama. Arjona es bastante cursi, la verdad, y espero que Agos no lea esto, je, pero tiene algunas letras que valen un potosí. Una de ellas es "De vez en mes".



La descripción de la capacidad de empatía, desde el hombre hacia a la mujer, en algo tan femenino, en realidad sólo femenino, como la menstruación y su antecedente, el síndrome premenstrual. Es lo que hay. Y hay que decirlo. Que en la previa una excitación inmensa y un dolor de piernas, espalda, cabeza... Que luego la tripa tiembla, que la cabeza atrona sin descanso y sin por qué, sin saber por qué, y después el llanto, un desconsuelo que se intuye eterno. Pero la suerte de procrear bien vale este pellizco interno. Eso que me llevo.Lo cierto es que voy a tratar de ser más tolerante con los hombres, ¿vale? Porque si ni yo misma entiendo de qué va esto, cómo van a entenderlo ellos; pobres. Por cierto, ayer hubo partido, ¿no es cierto? No sé quién jugaba ni dónde ni quién gano. Me da igual eso, ya sabes. Sin embargo, ayer por la tarde, me percaté de que había partido porque unos siete u ocho tíos de la planta en la que paso los días encendieron la tele que siempre mantenemos apagada (está para cuando pase algo exageradamente noticioso que todos debamos ver, tipo atentados o desastres, ya sabes) para ver el fútbol. Eran las ocho de la noche y un grupo de hombres encendió la tele para ver fútbol en la televisión. ¿Qué hubiera pasado si mis amigas y yo encendemos la tele para ver programas de corazón o cualquier otra tontería estancada en un supuesto universo femenino? En fin, me voy, porque tengo una herida demasiado incierta, como las margaritas, sí, no, sí, no...Dejo aquí un link innovador acerca de este asunto, a ver si nos aclaramos entre todos, ¿eh? Jeje. http://www.sindromepremenstrual.com/





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