La fabUlosa posibilidad (la eclosión del hUevo ilUminado)

Nací de un huevo y fui creciendo, pero mi cáscara nunca se fundió en el tiempo. Cuando mi voz no puede verbalizar algo, voy corriendo desesperada a esconderme a mi huevo. Yo me callo y él hace, como siempre, un buen trabajo. ¡Oh!, es tan fiel mi centro, me nutre como lo hacía antes de parirme a esta superficie. Rebeca lo sabe, la regla no me sienta bien y el antes y el después, suelen ser peores que el durante. Pero de una buena manera, en realidad. Sólo es cuestión de cobrar fuerzas para salir del envoltorio y hablar de nuevo. Es lo que tiene estar en la rueda. Pero quiero que lo sepan, lo cíclico es tal sólo en la forma, no en la esencia; siempre hay cosas nuevas.Soy caracol, sí, pero mi caparazón no tiene suficiente consistencia aún. Por ahora no es un gran problema, el huevo siempre está cuando hay alerta.Y bien, voy caminando y siendo de un modo extraño. Suelo perseguir sueños y casi nunca logro atraparlos. Me caigo mil veces y también mil veces intento levantarme. Cauterizo heridas de vez en cuando, me miro en el espejo y si me reconozco sigo caminando. A veces pasa que me confundo, me siento extraña, no puedo decir todo lo que pienso. Es cuando me escondo, siento no poder con todo esto.Desde aquí dentro, en este último estado larvario, intuí casi llorando que la realidad es un barullo constante, pero me hizo bien haberme percato de eso, justo cuando todo era silencio. Le lancé a Rebe algo de esto, timidamente, la otra noche. Le dije del huevo, del barullo, le pregunté sobre su encuentro con Ángel y fue entonces cuando dije bello. Me sorprendí al instante; decir bello no siempre me sale. Increíble, no? me dijo ella sobre el encuentro. En realidad no me parecía increíble, sino cabal, justo, bello e incluso necesario. Claro está que se lo dije. Los encuentros no son casuales, sino cabales, vayan sabiéndolo.Rebe ejercita el intento, lo hace sin cansarse, sin emitir ninguna queja. Todo es bello y sano cuando hablo con ella. Con cucharas y manos, va esculpiendo el viento, se encuentra nubes y las adiestra. A veces, a la inversa, las usa de colchoneta.Su realidad va siendo, de esta manera, una nube. Casi una nube, porque con el intento sucede esto.Realidad casi Nube, el título de Ángel González, es sin ninguna duda, el emblema por excelencia de Rebe. Él escribe en forma de poemas, en bellos versos, lo que es el intento. Su titulo lo devela, sabe que allí, entre sus letras, su imagen entera se refleja. Rebeca sabe, de esta forma, que con él se complementa; que el intento se hace un camino mucho más viable, que es posible pensar en su ejército sonriendo. ¿Cómo no van a ser, entonces, cabales los encuentros?Ella necesitaba verlo y yo sé que él a ella. Él para comprobar que hay quien también ejerce el sano arte del intento. Ella, para comprobar que ese camino es el más factible y único en la vida, si querés pertenecer a la tropa. La tranquilidad de saber que los encuentros son necesarios, no se fuerzan, nutren y complementan, es todo lo que intuyo. Sentir paz sin la necesidad de hablar de felicidad, es lo que les queda. Rebeca es alguien que metaescribe constantemente y cuando hablamos la otra noche, me pidió que yo lo hiciera, que hablara de ella y Don Ángel. Me pareció un gran desafío y con lo que vengo pensando sobre estos, aunque no pudiera lograrlo, sabía muy bien que el intento es lo mejor que uno puede hacer. Y acá estoy, derramando un charco como puedo y siento, sin haber logrado metaescribir, pero sí interrelacionando lo que se me venía a la mente: mi huevo, mi voz, mis pensamientos, la buena vibra que me toma por sorpresa, los pasos y lo cabal de los encuentros. Aprendí a decir cuchara en francés, país de nubes en mixteco, a aceptar las cosas naturalmente, a pensar en árboles para agradecer en nombredel tiempo y a alucinar con eso. Sobre todo, estoy acá para decirles, que estoy viviéndolo todo de un modo intenso. Pieri.