sensibilidad suspendida

(razón: allá)



eso forma parte de mi privacidad,, pendejo























por alguna razón muy íntima quiero leer especies de espacios de perec.
es una cuestión de carencia, necesidad y placer. deseo y placer. también quiero leer a deleuze.
perdí un tratado sobre la juventud, perdí otro más tarde. por eso me asiento sobre la tercera adolescencia de mi era. por eso, porque cumpliré pronto treinta años, comienza a llenárseme la boca cuando hablo de ellas y digo mujeres.
por alguna razón muy íntima debe ser, también.
por alguna razón ovalada, cóncava y cónvexa, por una razón cuchara (por un ejército de clavos - o de espárragos-) hoy salí una librería con más de quince libros (tengo que contarlos) y había un perec pero era vida, instrucciones de uso.
por alguna razón muy íntima necesitaba un tratado.
por alguna razón bizarra, argentina, ecuatoriana, me dejé llevar por la marea portorriqueña, me hipnotizó una actriz, vi muchos vasos de cerveza pero ninguno era para mí. yo tomé el vino de mis doce años. eso me puso muy contenta.
por alguna razón muy muy privada, pero que muy centrada, demasiado adentro, roña, óxido de mara, el origen de sus párpados pegado a las pestañas. por alguna razón muy elegante muy prosaica muy vulgar, por las mujeres que usan sombrero. porque hoy caminé por la calle del sombrerero.
protegí a izas en un cajero.
a mara le vigilé de cerca para que no cayera del andamio de sus piernas.
hubo peligros, bolsas de plástico en tirso de molina.
pocos borrachos, porque como dice ella, madrid cosmopolita desde el balcón moderno,
a las tres menos diez de la madrugada.
madrid.lavapiés, once menos diez. dos zombies bilbaínos en un escalón. donde se trafica con sueños julia, nuevamareaportorriqueña, música. izas y yo, destruidas por el calor, protagonizamos una fuga.
por alguna razón muy íntima llegamos más tarde a la isla. el barco era un rincón muy guay. los marineros se apoltronaron en una esquina. los meseros tenían acentos extraños, distinguidos, parecían isleños como nosotros. todos fuimos isleños en ese momento.
gritaron: Senegal!
y vimos una pantera tocar la cora africana, con pendientes de plata mexicana, con bordados de paleta violeta, púrpura mar, púrpuras todas ellas. purpura pat. no me importa saber dónde vivo lo acepto con disposición natural. por alguna razón muy íntima todo esto, lo quería contar.

3 comentarios:

Elisa McCausland dijo...

fabuloso rincón... hay que repetir, pero de noche, :)

Anónimo dijo...

Por alguna razón, lo tenía que leer... Y ha sido, como siempre, un placer.

la gata curiosa dijo...

que divertido, me encantó

besos rebe y un abrazo

purpurapat